Concentración y Convergencia

Se puede decir que la concentración mediática es el fenómeno que ocurre cuando un reducido número de empresas controlan, en distintos niveles y a través de diferentes mecanismos, una gran parte de los medios de comunicación de un país o una región. Según diversas publicaciones de la Relatoría Especial para la Libertad de Expresión de la Organización de los Estados Americanos (OEA) este fenómeno afecta la pluralidad y diversidad informativa, ya que menos actores tienen la capacidad de determinar qué información se difunde y cómo se presenta al público. 

La concentración puede manifestarse de diversas formas. Por ejemplo, la concentración de propiedad ocurre cuando pocas empresas poseen múltiples medios, a tal punto que comienzan a afectar la pluralidad y diversidad de un país; la concentración de audiencias, por su parte, se da cuando una porción significativa del público consume contenido de un grupo limitado de fuentes; y la concentración en la publicidad, cuando los ingresos de este mercado, tanto de fuentes oficiales como comerciales, están centralizados en pocas empresas. 

Por otro lado, la convergencia de medios describe la integración de diferentes plataformas y tecnologías para ofrecer contenidos que antes estaban separados por medios específicos (como televisión, radio, prensa escrita, o internet). Esta convergencia es un proceso que ha sido facilitado por la digitalización, donde los medios “tradicionales” y las nuevas plataformas se fusionan para ofrecer una experiencia mediática integrada. En la convergencia, las fronteras entre los medios se erosionan o desaparecen por completo, y los consumidores pueden acceder a información, noticias y entretenimiento a través de múltiples canales, como las redes sociales, plataformas de streaming y aplicaciones móviles.

 

Concentración y convergencia en Costa Rica 

En Costa Rica, el sistema de medios presenta una tendencia a la concentración de la propiedad

Esta tendencia se ha intensificado en las últimas décadas con la compra, venta y fusión de diversos medios de comunicación, así como con la consolidación de grandes grupos económicos del sector. Aunque este fenómeno ha fortalecido la capacidad financiera de algunas empresas y ha generado cierto dinamismo en el mercado, lo cierto es que también ha tenido consecuencias negativas para la práctica y la institución del periodismo. Por ejemplo, esta tendencia ha provocado la desaparición de noticieros, la disminución de la oferta noticiosa, la reducción de fuentes de empleo local, el cierre de medios de comunicación temáticos o de nicho y la limitación de oportunidades de crecimiento profesional en el ámbito de la comunicación, ya que cada vez más medios dependen de una sola entidad corporativa. Es decir, cada vez hay menos patrones para quienes ejercen el periodismo. 

Esta tendencia a la concentración que se observa en el mercado de la radio, la prensa y la televisión se repite en el mercado de la TV por suscripción o televisión “por cable” como se le conoce popularmente en Costa Rica. En este tema, una investigación del PROLEDI alertó en 2022 sobre la disminución de empresas cableras en el país, y sobre cómo este hecho, sumado a la inexistencia de ciertas reglas para garantizar un pluralismo mínimo en el mercado, puede conllevar  situaciones lesivas para la libertad de expresión. 

En cuanto a la publicidad, el mercado también presenta una tendencia a la concentración.  Como lo han demostrado las investigaciones realizadas por el PROLEDI, en Costa Rica un pequeño número de medios grandes atrae la mayor parte de los ingresos publicitarios, lo que les da un control significativo sobre el contenido y la viabilidad económica de los medios más pequeños. Esta situación se ha mantenido a lo largo de los últimos años, inclusive durante el actual Gobierno de Rodrigo Chaves Robles, un mandatario que ha reiterado públicamente y a lo largo de toda la legislatura un discurso de supuesta “democratización de la pauta” que, a la luz de los datos, no tiene sustento ni fundamento en la realidad. 

El fenómeno de la convergencia, por su parte, es más reciente y todavía se encuentra en etapas iniciales. Solo algunos grupos económicos de la comunicación han decidido lanzar plataformas para la visualización de contenidos o han incursionado en el ámbito del streaming o la distribución de internet o señales de televisión por suscripción. La participación de los actores mediáticos en otros ámbitos de las telecomunicaciones depende, evidentemente, de su capacidad económica y sus planes de inversión, lo que limita este tipo de negocios a aquellos que están económicamente más consolidados.

 

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